¿Muchos cambios en poco tiempo? Aprende a lidiar con el crecimiento exponencial

Se han registrado ya 2 días del año en curso en donde nuestro planeta tierra ha girado más rápido. Si bien el cambio climático y aspectos de la geología pueden ser las principales causas de este fenómeno, no cabe duda de algo: el tiempo está pasando cada vez más rápido.

No sabemos si lo notas pero, ¿has sentido que no te alcanza el día para nada? ¿Todos los días surgen cosas nuevas y no sabemos cómo adaptarnos? Si, y es hora de asimilarlo, la tierra y el mundo se mueven más rápido cada día. Pero no por eso, tu trabajo se está quedando atrás.

El crecimiento exponencial es un síntoma común que tiene a nuestro mundo inmerso en una dinámica muy acelerada en todos sus aspectos. La economía, la población, la tecnología y un sin fin de elementos adicionales pueden sumarse a este factor que cada día nos está dando más. Pero, debemos entender que como dá, también pide. Y es en este punto donde debemos tener mucho cuidado.

Un crecimiento exponencial puede traer muchos cambios positivos para tu empresa, tu familia, tu país o a tu entorno más cercano, pero también demanda una gran cantidad de recursos que puede llevarte a un punto de no retorno, cosa que está muy próximo a pasar con nuestro planeta si no ponemos las cosas en orden.

Es por ello que entender qué está a nuestro alcance y qué no es clave para evitar saturarnos de información, exceder nuestras capacidades y dosificar nuestra carga laboral. No podemos ocuparnos de todo, y menos nosotros solos. La clave para superar esta etapa de incertidumbre y evitar que la pendiente de crecimiento se nos haga muy difícil es aprender a delegar tareas, rodearte de personas que comprendan y caminen en el mismo rumbo.

Adicionalmente, evitar invertir en esos aspectos novedosos que se ven tentadores a primera vista. No sabemos de buenas a primera si es la solución que estamos buscando, así que es mejor pensar dos veces el invertir nuestro tiempo o recurso material sin saber las ventajas reales que nos ofrecerá.

Si bien es cierto que el que no arriesga no gana, la incertidumbre ya se ha convertido en un componente muy amargo para los emprendedores, por lo que debemos caminar con mucho cuidado para poder transitar el crecimiento que buscamos de la mejor manera.